600 posts

600Pues este es el posts número seiscientos de este blog. Ni los números acabados en dos ceros tienen magia especial, ni es de verdad el número 600. Muchos post he borrado, tantos quizá como otros he dejado de escribir.

¿Planeo algo especial para los próximos cien? Quizá, si los programadores de Facebook lo consienten, una mayor y más fluida integración con las redes sociales, una menor presencia de posts con opiniones personales y una más nutrida presencia de artículos  pedagógicos. Pero tampoco prometo nada: borrar el blog es una tentación constante de todo aquel que mantiene uno, y, la verdad, la interacción de los usuarios con este medio no es exactamente tumultuosa. Ya se verá.

¿Qué ha habido en estos seiscientos artículos?

Unísonos, desamores, libros, jardines japoneses, enamoramientos, invenciones, carteles, cabalismo, bromas, la muerte de Bach, alumnúlos libélulos, crónicas zamoranas, clavecines, odas a la línea recta, Luis de Pablo, matemáticas, George Crumb, ciencia-ficción, Messiaen, culpabilidades pedagógicas, cánones, cómics, fugas, Sardanápalos, corales, Don Quijote, nanas, Ulises, alumnos zombies, máquinas del olvido, ruiseñores, guitarristas de barrio, mirlos, Artífices, biografías de Heinrich Weiss, folclores de MundoDisco…

Un psicólogo tendría material para varios libros, como se dedicara a analizarme. En general, me lo paso bien en el blog. ¿Y vosotros?

 

Curso nuevo, preocupaciones nuevas

comienzo-cursoUna vez más comienza el curso. Como me ponga a pensar que es el trigésimo cuarto que comienzo como profesor, me va a decaer el ánimo, así que procuraré no pensarlo. Ya hay que ir preparando los exámenes de septiembre, lo cual me preocupa poco. Total, casi nadie se presenta. Mucho más interesado estoy en saber qué voy a hacer este año con los alumnos. Con los más pequeños, me toca acabar la asignatura de Armonía. Con los mayores, la de Fundamentos de Composición. Uno querría, en ambos casos, dar un final brillante a las asignaturas, y asegurarse de que no les falta ningún conocimiento necesario, en esa necesaria selección de “qué quito esta vez” que hace falta todos los cursos —tenemos muy poco tiempo y mucha asignatura—.

 

Los que más me preocupan, son los de Fundamentos: este año apenas tendrán reglas, y es más que frecuente que la libertad les produzca desidia. ¡Si ellos supieran que es muy improbable que nunca más les repitan la información que les voy a dar…! En fin, habrá que proponer una serie de ejercicios parcialmente reglados, para los más tímidos de ellos. Y, una vez más, insistir desde la primera clase que la música se hace para oírla, que vayan pensando en instrumentos e intérpretes.

 

El primer día de clase, lo mismo ni reconozco a la mitad de los alumnos: son edades en que se desarrollan terriblemente en un verano, y más de una vez me he sorprendido recordando a alguna niñita dulce (en primero de armonía) que parece imposible que tres años más tarde (segundo de Fundamentos) se haya convertido en una mujer casi adulta. En fin, gajes del oficio.

 

Y el mayor gaje quizá sea que es año de despedidas. A muchos de los alumnos que imparta este año, no volveré a verlos el siguiente, ni nunca más. Uno va aprendiendo a soportar estas despedidas frecuentes de muchachos que ha llegado a apreciar. Afortunadamente, muchos me hacen saber de sus andanzas de vez en cuando.

 

Bueno, a mis colegas profesores: ¡ánimo! Lo mismo este año no nos aumentan demasiado las ratios, ni nos bajan más el sueldo, ni nos quitan la paga extra.

“W de Watchmen”, de Rafael Marín

watchmenMúsico clásico, especializado en lo contemporáneo, aficionado a la ciencia ficción… ¿Se puede ser más raro? En efecto, se puede. Por una parte soy lector asiduo de los autores españoles, que son excelentes. Por otro lado soy un “completista”: a poco que pueda hago cuanto esté en mi mano por disponer de todas las obras de los autores que admiro.

 

Rafael Marín es uno de los autores españoles que más disfruto, con su engañosa sencillez, con su inmensa eficacia narrativa, y sobre todo, con ese verbo fluido, chispeante y, sin embargo, completamente natural. Como profesional de lo que soy, no querría decir que su castellano sea de los más musicales que conozco (sin parecerse en nada, queda a la excepcional altura de Cunqueiro o Torrente Ballester), pero son pocos los adjetivos que me quedan.

 

El caso es que como buen completista me he hecho con el libro de ensayos “W de Watchmen” (¿es evidente el paralelo con “V de Vendetta”?). El que sea además un enorme admirador de los cómics de Moore, y más de ese en concreto, no estorbaba. Pero la verdad es que esperaba poco: un brillante trabajo de recopilación, exégesis: lo que viene siendo un buen ensayo al uso-

 
Tengo la fortuna que don Rafael siempre me sorprende: el libro, por supuesto hace muy bien las tareas que acabo de nombrar. Pero es de lectura amena y fluida, casi como un diálogo con un experto, más que como una aburrida conferencia (este último tono, por lo menos en mi ramo, es el único que parecen saber usar los eruditos). Una cercanía al lector excepcional, una forma de dar datos sin que parezca o que te están dando una lección o que te llaman tonto, fantástica. Estoy seguro que de haberse publicado en inglés, estaría reverenciado como uno de los “must” sobre esta obra de Moore.

 

Reproducir aquí algunas de sus tesis, dar alguna muestra de sus luminosas conclusiones e ideas es absurdo: carezco de su fuerza narrativa que hace ver como inevitables algunas conclusiones que, a mi modesto entender, son de una enorme perspicacia y originalidad. Me tomo, eso sí, la libertad de transcribir un fragmento que sintetiza quizá el interés de Watchmen para muchos de nosotros, y que es muestra al mismo tiempo de la rica paleta expresiva de Rafael Marín, que pasa del tono casi épico que váis a leer al diálogo de tú a tú con la máxima fluidez.

 

“Watchmen fue, pues, nuestro mayo francés. Nuestra Revolución de Octubre. Nuestro Star Wars adulto. El comic-book que nos enseñó cómo podían ser los comic-books, el que nos situó en el mundo y nos creó un universo narrativo auto-contenido en sí mismo que no necesitó de miles de páginas ni décadas de continuidad comercial y repetitiva. Watchmen fue nuestro Eldorado, la epifanía que nos hizo revalidar a quienes amábamos la historieta que no vivíamos en el error, y que se podía y se debía contar una historia con todas las armas que el medio era capaz de proporcionar, sin concesiones. De ahí, naturalmente, la ilusión que produce cada una de sus relecturas.
Nada termina nunca, y menos, Watchmen.”

 
Nunca sucede nada por casualidad. Algunos ya sabréis que ando con proyecto y medio de musicar cosas que vienen del cómic. Nadie más que yo, hasta ahora que lo hago público, sabía que andaba atascado, y ahora entiendo por qué. Epifanía que no viene a cuento aquí y ya contaré en otra ocasión. El caso es que esta mañana me he encontrado con esto, que no puede ser más antiWatchmen, y hoy tenía a Don Rafael en mi lista de lectura. Un día que andéis aburridos os cuento MI versión de Watchmen.

 

¿Que si ya tengo la obra completa de Rafael Marín? No, maldita sea: me faltan las absolutamente inencontrables novelas de su detective gaditano. Cualquier día voy a Cádiz y emprendo una razzia por librerías de viejo.

Canon enigmático. ¿Con premio?

Ya que pongo aquí a mi amigo Sherlock, no está de más comentar que, en la literatura llamada “canónica” —qué a cuento para este post—, se le supone creador de la monografía definitiva sobre los motetes polifónicos de Orlando di Lasso.

Ya que pongo aquí a mi amigo Sherlock, no está de más comentar que, en la literatura llamada “canónica” —¡qué a cuento para este post!—, se le supone creador de la monografía definitiva sobre los motetes polifónicos de Orlando di Lasso.

Como siempre hay que probar cosas nuevas con los alumnos, que unas funcionarán y otras no, este curso pasado, al hablarles de los cánones enigmáticos les escribí dos, para que los resolvieran. Uno tan absurdamente fácil, que lo resolvieron al momento —los que se molestaron en ello, claro—. El otro, que dejaron sin respuesta, y que de difícil no tiene nada, os lo voy a dejar aquí, a ver quién se anima a resolverlo. ¿Que habría que dar premio? Bueno, si alguien lo resuelve, subo vídeo con el canon grabado y la solución en partitura. Sí, yo también hubiese preferido dar como recompensa un crucero a varias islas tropicales, pero ni me llega el dinero ni es un premio estrictamente musical. ¿Os atrevéis?

Por supuestérrimo, click sobre la partitura para que aparezca en un tamaño más legible.

Para no iniciados: un canon enigmático es aquel en que sólo se proporciona la primera voz —llamada antecedente, o Dux— para que la otra u otras voces —llamadas consecuentes o Comes— sean averiguadas por el interesado.

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La solución

En la siguiente partitura se indica en rojo cuáles eran las pistas. Debajo, el vídeo.

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Vértigo pedagógico

music_teacher_older_man_graphic_photo_cutout-rc5aa0902aff143a0af7812e198c42590_x7saw_8byvr_324A tenor de la idea de recopilar muchos de mis escritos, limarles las fisuras, añadir contenidos pedagógicos, ejemplos y recomendaciones para los profesores, y autoeditármelos, he pasado gran parte de la mañana estudiando en primer lugar cuáles serían los requisitos tecnológicos —intimidantes en cuanto a cantidad de trabajo, pero no en dificultad—, por un lado y releyendo los trabajos que pudieran ser el armazón sobre el que montar una explicación auténtica. Confieso un cierto vértigo: el material de apoyo generado para mis alumnos siempre ha asumido que estudian conmigo, con lo que una serie de explicaciones de detalle, a veces muy considerables, no se han incluido en los textos que les escribí. Total, que, casi en todos los casos, sería necesario comenzar desde cero la escritura. Tarea que, además, no estoy seguro de que vaya a ser realmente útil para demasiada gente: mis clases son mis clases, y no soy tan vanidoso como para creer que seguir mis métodos sea lo mejor para todo el mundo, ni siquiera para la mayoría de la gente.

En fin, que ando pensando en qué sería lo mejor. Tampoco quiero convertirlo en un trabajo a tiempo completo. Quiero vivir, componer, dar mis clases… Ya iré encontrando la mejor manera.

Entretanto, he mirado también mi canal de YouTube, por los ejemplos pedagógicos que he subido. Os pongo aquí unos pocos, por si os divierten.

Material sobre  contrapunto e invenciones

Material sobre sonatas

Material sobre variaciones