Ando barruntando una pieza en la que parte de los disparadores de mi imaginación serán Euménides, Erinias, Selene, Andrómeda, Hécate y demás mujeres inquietantes de la mitología griega. De momento, unas imágenes. No me lanzo a una disquisición mitológica porque creo que a pocos interesaría.
Sí puedo añadir que, para lo que tengo pensado, el uso de guitarra y flauta me parece tímbricamente muy acertado pero armónicamente muy complejo. A ver qué hago.
Acabo de advertir que no había subido al blog estas dos miniaturas para órgano, dedicadas respectivamente a María Jesús García Alonso y Ana Hernández Iglesias.
Seguimos en el proceso de encontrar la mejor notación posible para que la pieza se adecue con facilidad a diferentes órganos.
Como dije en el artículo anterior, tengo poca costumbre de escribir tweets. En esta ocasión el “hashtag” que me ha sacado de mi rutina es #OlimpiadasMusicales. Hay por ahí cosas buenísimas. Os adjunto los tweets que he mandado, y, sobre todo, una invitación a otros tuiteros para que recopilen, si quieren, en los comentarios, las genialidades que hayan ido inventando.
Imposible convencer a los jueces de que «andante con moto» no es una prueba de motociclismo
Primeros y segundos violines empatan en tenis: tienen mucha costumbre de pasarse la pelota
Nadie que hubiera acabado la carrera en el Conservatorio entendía la dificultad de los cien metros con obstáculos
Hubo que llamar a Grissom como juez de la prueba de Fuga
No fue buena idea elegir a los directores de orquesta como jueces de la prueba de natación sincronizada
Los clavecinistas han ganado todas las modalidades de lucha ninja: nunca se hacen notar
Los contrabajistas lo han pasado mal en la prueba de hípica. Están más acostumbrados a llevar pesos que a montarlos
Los directores de orquesta han discutido tanto, que los han expulsado de la prueba de Gimnasia Artística
El equipo de percusionistas ha ganado en gimnasia rítmica
No hubo forma de convencer al pianista de que lo de la antorcha no era tocar la Danza del Fuego
Campeonato de excusas para no ponerse hoy a estudiar
El ganador de la medalla de Fuga ha desaparecido
Cuartetos de cuerda: tiro al compositor, se les da de fábula
Violín: campeonato de resistencia sin hablar de arcos
Levantamiento de las obras completas de Wagner
Llevó un lápiz al ensayo. Le dieron al instante la medalla de oro
Pianistas: marathon de resistencia tocando Moszkowski
Sopranos: carrera de maquillaje antes de cantar
Pianistas: resistencia tocando las Goldberg sin hablar de Glenn Gould
Para cellistas. Marathon del Canon de Pachelbel
Carrera de preparación de cañas para oboes
Pianisimo para trombones
Compases de espera para violinistas
Cinco por ocho sincronizado
Levantamiento de soprano
Casi nunca me da por escribir en Twitter. Encuentro muy limitador el escaso número de caracteres que permite incluir. Sin embargo, ayer encontre el “hashtag” (tiemblo al pensar en cómo acabará castellanizándose) #JuegosOlimpicosEnMacondo y me pareció muy divertido. Los Tweets que pergeñé quizá diviertan a alguien.
El Capitán Trueno, candidato para la prueba de esgrima
No admiten al Guerrero del Antifaz para la prueba de esgrima por posible confusión de identidad
Convertido en niebla, Drácula gana fácilmente la prueba de salto de longitud
Los jueces dudan de que la sangre bebida por Drácula antes de la prueba deba considerarse doping
Los Jinetes de Rohan se veían ganadores de las pruebas hípicas hasta que llegó Gandalf con Sombragris
Los que se sorprenden de que Casanova gane las carreras breves nunca han corrido delante de un marido celoso
La cosa del Pantano, la Criatura de la Laguna… con razón el equipo de waterpolo de Transilvania es imbatible
Para evitar que el HombreLobo ganase todas las pruebas de halterofilia los jueces decidieron celebrarlas sin luna
Mr. Hyde quiso ser atleta olímpico. Desafortunadamente, los jueces sólo veían un Dr. Jekyll dopado
No permitir que Légolas participe en la prueba de arco se considera un caso grave de racismo.
Los hobbits nunca lograron clasificarse para la prueba de baloncesto
Tras ganar las carreras de vallas, Hermione tuvo que jurar que no usó el petrificus totalis
Vencido por la edad, Lucky Luke se limita a entrenar al equipo de tiro olímpico
Los transilvanos intentaron quitar al Hombre Lobo la costumbre de rascarse la oreja con la pata al subir al podio
Saruman nunca logró que los Uruk-Hai fueran buenos en natación sincronizada
Elfos, sirenas, orcos, hobbits y yetis le plantan cara al comité olímpico: no a la discriminación por raza
Jack el Destripador escribe cada año al comité olímpico para que incluyan pruebas con cuchillos
¿Turistas desaparecidos? Los bobbies se preguntan por qué la delegación transilvana no compra nunca comida
El comité olímpico no admite a los Jedi en esgrima
Botas de siete leguas, espadas láser, poción mágica…La lista de prohibiciones del comité olímpico es interminable
Flash, Mercurio, Speedy González… la prueba de velocidad estará reñida
El comité olímpico rechaza celebrar los Juegos de Invierno el El Monte Del Destino, en Mordor
Van Helsing, del equipo de tiro con arco, usa flechas con punta de plata
Como ya dije en el artículo anterior, de vez en cuando me entretengo, sobre todo ahora, para refrescar estos calores veraniegos, en inventar falsos folklores. En este caso, de la genial creación de Terry Pratchett: MundoDisco. He imaginado a nuestro pianista errante que va recogiendo folklore (de ahí, creo yo, que me salga la vena bartokiana que es mi derecho de sangre como nacido en el siglo XX) viajando esta vez por el continente de Klatch.
El propio Pratchett dice que Klatch “no se basa en África”, razón por la que hay que pensar que El Gran Nef no es un desierto árabe, Howandaland no corresponde a Centroáfrica ni Djelibeybi a Egipto. Esto me ha dado una gran libertad para tomar elementos de todos estos países sin buscar una aburrida y poco útil literalidad.
La pieza está dedicada a Vicente Fernández Cuesta, alias Tito, del que últimamente estoy abusando más de lo aconsejable.
Estas piezas que estoy haciendo últimamente recorren lo que llamo mundos intermedios: espacios entre la música de consumo más recalcitrante y la música más pura y quintaesencial. Reconozco que me divierto con ello.
Siempre me molesta, al ver películas de ciencia-ficción o de fantasía la escasísima imaginación que se suele dedicar a la música. ¿Somos capaces de imaginar y creer en mundos llenos de elfos, orcos, alienígenas azules, calamares parlantes y demás imaginería, y no somos capaces de concebir para ellos una música que se distinga mínimamente del pop? Entiendo las razones comerciales, pero debería haber al menos un par de películas en que la música recibiera el mismo trato imaginativo y creativo.
Pensando estas cosas, me gusta improvisar a veces falsos folklores imaginarios. No tengo pretensiones de ser con ello enormemente original o contemporáneo, sino, fundamentalmente de divertirme y de explorar un mundo escasamente tocado. Es tentador realizar en un futuro una serie de piezas tituladas Trasmundos y recoger alguna de estas exploraciones. Bien sé que desagradarían a unos por por escasamente en la cresta de la más rabiosa actualidad y a otros por alejarse de los cánones de la Santa—Facilidad—D€ —€scucha—Para—€l—Vulgo—Qu€—€s—Un—Poco—Tontito. Pero tampoco me cabe duda de que algunos amigos se divertirían.
Hace algún tiempo me planteé una pregunta que quizá parezca absurda: ¿por qué en música no hay géneros, del mismo modo que en literatura, por ejemplo, existen la ciencia-ficción, la novela negra, la novela denominada seria, la poesía…
Sobre esta idea he realizado de vez en cuando obras con cierta intención humorística. En este caso en el espléndido escenario del MundoDisco de Terry Pratchett. He imaginado un pianista que viaja por él y realiza obras sobre el folklore y costumbres de sus habitantes. Algo así como los “Años de Peregrinaje”, de Listz, pero con otro lenguaje (de alguna resonancia bartokiana): a fin de cuentas en “Mascarada” aparecé André, el pianista policía.
En este caso los homenajeados han sido MUERTE e Imp-y-Celyn.
La obra, para dos pianos, está dedicada a Yaya Ceravieja, alias Ludmilla González Dalmau, gran aficionada, como yo, a Pratchett. Siempre, apenas debe ser necesario decirlo, dentro del máximo respeto y agradecimiento a la obra del genial humorista-filósofo.
Quizá algún día siga la serie: Eskarina, Nanny Ogg, Samuel Vimes, Adora Belle, el Bibliotecario, el hermano Brutha y otros tantos merecen sus propios temas. LA TORTUGA SE MUEVE.
Aquí tenéis el vídeo con la versión MIDI. Y aquí, la partitura.
Y, ¿por qué no dedicar la obra al escritor que tantos buenos ratos me ha hecho pasar, con el que tanto he reido y que tanto me ha hecho reflexionar? Pues debo decir que porque su mundo es tan grande, tan amplio, su espacio mítico tan matizado y rico, que me resulta un atrevimiento aportar una pequeña idea al mismo. Saber que Pratchett está a punto de morir, y de enfermedad especialmente truculenta me llena de angustia. Prefiero imaginarle paseando con Dos-Flores y Sir William-De-Worde en su propio mundo.
He encontrado recientemente esta viñeta sobre las funciones de la escala mayor. Me ha parecido tan graciosa —sobre todo por lo acertada que resulta—, que no podía soportar que mis alumnos no fueran a leerla por estar en inglés. Confío que el autor no ponga inconvenientes.
Haced click en la imagen para verla ampliada.
Al sur de Bach 