Este fin de curso me despido de la primera generación de lo que hemos venido en llamar “Tahónicos Fundamentales” (de “Tahonas Viejas“, la calle en que está el conservatorio en que damos clase y “Fundamentos de Composición”, la asignatura que les imparto.
Ignoro lo que harán otros profesores en estos casos. Me gustaría decir que yo hago una especie de examen de conciencia, para potenciar en futuros grupos lo que haya salido bien y eliminar lo que no haya dado buen resultado. Pero no sería del todo cierto. Después de cuatro años de impartirles clase llegas a conocer bastante bien el potencial de la mayoría de los alumnos, así que no es tanto un examen de conciencia como un pesar por los casos en que no he logrado llegar al máximo con ellos. Los casos en que han sido ellos los despreocupados (pocos) no me afectan en absoluto, claro.
Se me ocurre que algunas de las reflexiones que me están viniendo a la cabeza sean quizá del interés de algún otro profesor.
En qué ha consistido el proyecto
Las benditas TIC, las TUC, las TAC y las TEC. Un mundo de relojes.
Si examinamos el TOC (Table Of Contents) de cualquier plan de Formación del Profesorado veremos que insisten mucho en las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) como forma de integrar el aula en el mundo diario del alumno. Lo malo es que no cuentan con el factor TUC (Tienes Un Cachivache). Lo más reciente que conozco se basa en blogs (¡novedoso descubrimiento!) o revistas digitales.
Pienso que las TIC deberían basarse en la realidad cotidiana del alumno. Todo lo que se haga para ser visto en el ordenador puede ser muy válido, pero lo cierto es que nuestros alumnos tienen constantemente un móvil o una tablet en la mano, y que la mayoría no cogen el ordenador todos los días ni todas las semanas. Por el contrario, su presencia en las redes sociales es cada vez mayor. Ignorar estos medios es caer en el error TAC (Trasnochado, Antiguo y Carroza). Pondré como ejemplo que muchos compañeros podrán atestiguar cuando nos ofrecían cursos de WordPerfect (¡grandioso medio musical, por cierto!) varios años después de que el programa ya no se comercializara. Toda una TEC (Tontería Esclarecedora Contraproducente).
Desarrollo
Me encantaría decir que la cosa nació de una idea luminosa, producto de una reflexión profunda sobre todo lo antedicho, pero no sería cierto. Como muchas de las ideas que mejor funcionan, fue una simple casualidad, cuyo potencial reconocí más o menos a tiempo.
Para dar un poco de contexto. Ando en proyectos educativos en Internet desde hace años. No es por darme importancia (no la tiene), pero en el curso 1999-2000 el equipo en que participaba ganó un premio a la innovación pedagógica por un proyecto en Internet (que la Comunidad de Madrid, por cierto, no consideró oportuno subir a las redes). Mantengo este blog desde antes que eso. Y he participado en los últimos años en varios proyectos del CFIE sobre blogs pedagógicos.
Y llego a una conclusión: los alumnos no se conectan a los blogs.
El caso es que hace un par de años había un material que quería compartir con los alumnos y se me ocurrió hacerles un grupo en Facebook y subírselo allí.
Los resultados fueron óptimos: muchos de los alumnos se conectan a Facebook varias veces al día, de forma que vieron y descargaron el contenido. Muchos de ellos comentaron el enlace, y así comenzó un diálogo sobre la asignatura y una enorme aportación de ideas. Allí fue cuando me di cuenta de que había que seguir empleando ese medio.
Desde entonces he ido subiendo todas las partituras del curso, y en clase las he proyectado desde allí (mucho más rápido señalar un punto de la partitura con el láser que empezar con el sempiterno “tercer compás del segundo sistema, voz dos”). He puesto las audiciones desde YouTube (¡contenidos audiovisuales!, aunque eso es menos importante que el hecho de que me ha permitido soslayar que los lectores de Cd de mis aulas en un caso no funciona y en el otro lo hace de manera temperamental). He podido buscar repertorio sobre la marcha, para preguntas que surgen en clase y que uno no puede ejemplificar sin llevar toda su discoteca a cuestas. Y he encontrado materiales muy útiles, como lieder subtitulados, que si no no hubiese empleado en el aula.
Además pequeños consejos y recomendaciones, tan breves que no merece la pena hacer un artículo en el blog con ellos, han podido así tener su cabida. Por no hablar de tomar un poco el pelo a mis alumnos y un mucho ellos a mi (aparte de la diversión, así se genera un cierto sentido de comunidad).
La experiencia ha sido positiva y provechosa, pero debe mejorarse.
Cosas que desarrollar mejor en el futuro
No se ha dado problema alguno con la gente más responsable, que se ha descargado lo que se le ha dado, y se han encontrado, por ejemplo, con obras completas en lugar de las pocas páginas que se les pueden fotocopiar. Sin embargo, en los casos de gente menos interesada, no se han molestado en ello. Debo aportar un mínimo de fotocopias.- Al intentar extrapolar la experiencia a los más jóvenes, me he encontrado con que a muchos sus padres no les dejan tener cuenta en Facebook.
- Me está tentando desde hace años, con los más mayores, desarrollar el curso en forma de proyectos (por ejemplo: poner música a una película muda). También por casualidad este año hubo ocasión de que mis fieras se presentaran a un concurso de composición. Respondieron al desafío como jabatos, con muy buenos resultados que quizá sean óptimos dentro de unos días cuando se celebre la final de la competencia en cuestión. Lo malo es que a partir de este proyecto, la clase convencional ha perdido su atractivo. Debo tener recursos previstos si es que vuelvo a plantear algo así.
- Quedo mucho más disponible para mis alumnos. Si bien esto en general es bueno, la idea de que a uno le despierten a las tres de la mañana con una pregunta, o a las seis de la madrugada es bastante desagradable. Supongo que los primeros piensan que soy el tipo de persona que se queda desentrañando partituras hasta las tantas de la noche hasta descubrir sus más arcanos secretos, y que los segundos piensan que, entregado como soy, todos los días me despierto antes del amanecer, me baño en un torrente helado de las montañas, cazo mi comida del día, y luego voy a clase.
- Facebook es una herramienta inmediata, pero no organizada. Para futuros cursos deberé subir una vez más toda la información que ya está allí. ¿Quizá crear un blog sólo con materiales, donde todo este organizado, y volver a subir periódicamente las entradas, mucho más sencillas así de encontrar?
Cómo seguir
[pullquote]»¡Tate, tate, folloncicos!
De ninguno sea tocada;
porque esta empresa, buen rey,
para mí estaba guardada. [/pullquote]
Me tientan, por ahora con igual fuerza, dos posibilidades. Por un lado, borrar el grupo (o simplemente dejar de usarlo) y crear cada año grupos nuevos, quizá incluso grupos diferentes para Armonía y Fundamentos de Composición. Es la posibilidad más ordenada, un poco según la cita que acompaña estos párrafos.
Por otro lado tampoco estaría mal conservar el grupo y usarlo siempre para todo. El alumno más interesado verá lo que pongo en cursos superiores e irá preparándose. O bucearan en lo escrito en años anteriores y el comentario de un “antepasado” tahónico les dará una clave que no tengan en los compañeros actuales. No sé.
Al sur de Bach 