Segundas oportunidades

Por estas fechas y a estas horas el año pasado, estaba en el hospital. Acababan de ingresar a mi padre, que iba a morir al día siguiente, temprano en la mañana. Esta noche no dejan de venirme recuerdos. Ojalá estuviera aquí para ver a M, que bien orgulloso estaría de ella. Ojalá tantas cosas hubiéramos hablado. Ojalá tantas y tantas cosas…
Muchos de vosotros escribisteis comentarios cuando anuncié la muerte de mi padre. No recuerdo si llegué a decir cuánto ayudaron a mi madre ni si dije cuánto os lo agradecía. Dicho queda.
M2, la hija de M y ahora mía, me ha telefoneado mandándome «un besito para mi papá». Estoy conmovido.
Echo de menos a mi padre. A muchos os pasará igual en su momento, lamentaréis no haber hablado de cosas de las que marcan con gente que os importa y en su momento no tendrá remedio. Querréis que el tiempo vuelva atrás y haber dicho lo que fuera necesario. Os hago este regalo: vuestro deseo ha sido concedido. Volvisteis atrás, leísteis mi mensaje y ahora es la segunda oportunidad. Aprovechadla.

Efemérides íntima

Mañana. día 22 de agosto, se cumple el aniversario del nacimiento de Debussy. ¡Quién fuera capaz de transmitiros cuánto debo a este mago! Cómo me afecto la primera vez que —a traición— escuché su música. Cómo cambio mi vida. Mucho le debo, y el cuento es jugoso, pero quedará para otra ocasión. De qué manera una escucha impremeditada cambio todo lo que pensaba a pocos puede interesar. Baste decir que considero que es gran día para la historia de la música.

Colores


Heme aquí, triunfante, de la vuelta de Venecia. El triunfo se debe a que en el aeropuerto conseguimos recuperar la maleta grande que se ve en la foto, único equipaje que llevábamos, y cuya ausencia nos hizo ciertamente incómodo el viaje. Tras peripecias varias, que incluyen que Iberia nos colgase el teléfono reiteradamente y que no nos hiciera caso alguno en nuestras descripciones, una amabilísima —y guapísisma, e inteligentísima, la más admirable de las mujeres después de M, o así nos pareció— funcionaria veneciana logró descubrir el paradero del bulto. Causa de no encontrar la maleta: para Iberia, ese color es amarillo. ¿Opiniones?

Venecia (I)

Un rápido post para contaros que ya llegamos, M y yo de Venecia. Viaje sensacional, y no precisamente gracias a la colaboración de Iberia. Mucho tengo que decir, pero tardaré unos días en tener tiempo. Entretanto, si os agrada, me gustaría alguna ayuda con un ínfimo desacuerdo que mantengo con M. Ella sostiene que, tradicionalmente, Venecia es la ciudad del amor. Mi tésis es que es París, la que lleva esa fama, y que en realidad la ciudad del amor es en la que ella pise —el epitafio de Adán a la tumba de Eva era que donde ella estaba, estaba el paraíso—. Poco opinaréis sobre lo último —lo hemos tomado por viaje de novios, y debéis disculpar que exprese las verdades más evidentes sobre mi amada—, pero, ¿Venecia, Paris u otra?

Palimp existe

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A veces lo más satisfactorio de llevar un blog es el poder dar primicias antes que la prensa. La de hoy es doble. Como la foto anterior demuestra, Palimp existe, contrariamente al rumor que sostenía que era una sociedad secreta, cada uno de cuyos miembros escribía un par de artículos al mes. Pero la foto demuestra igualmente que la morenaza es también real, no una criatura de la imaginación de Palimp (o de la sociedad secreta).
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Aquí se nos divisa a Palimp y a mí. Para más detalles, seguid leyendo.

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