En torno al Nobel de Dylan

yoTengo por costumbre no opinar acerca de los temas sobre los que carezco de conocimientos. Dicho esto, no ha dejado de asombrarme la feroz polarización que se ha creado sobre la concesión del premio Nobel de Literatura a Bob Dylan. Confieso que no estoy ni a favor ni en contra. Pero me surgen ciertos pensamientos que, con vuestro permiso, paso a exponer.

  1. Los premios Nobel son el resultado de una manda testamentaria de Alfred Nobel. En ese sentido no son un juicio absoluto sobre ninguna rama del saber, ni deben ser considerados una opinión irrebatible sobre tema alguno.
  2. En esa misma manda, Nobel pide que el premio de literatura se conceda a escritores con un fuerte componente idealista (existe al parecer una ambigüedad en el sueco original entre idealidealista). En esa medida, se está juzgando con cierto componente ideológico. Y, por lo mismo, uno puede estar más de acuerdo o menos con la ideología del premiado. Uno podría desear un juicio puro sobre literatura pura (sea eso lo que fuere), pero no es lo que ocurre con el Nobel.
  3. Se critica la concesión del Nobel a un cantante. Una rápida consulta a la Wikipedia revelará que el autor tiene varios libros escritos. Que, como no he leído, no puedo valorar. Por otro lado me parece espeluznante denostar la poesía de Dylan por ser cantada, o decir que con música el texto pierde dignidad. De acuerdo que los literatos de nuestro país tienden a sordos, pero ignorar las literaturas de transmisión oral es ofensivo para un montón de culturas, incluyendo la nuestra en tiempos antiguos. Si se quiere redefinir la literatura como sólo algo escrito, se puede, y hay, en efecto, definiciones en ese sentido.
  4. Estoy abochornado por la reacción de muchos colegas músicos clásicos, que parecen no haber entendido que el premio es de Literatura y no juzga la calidad musical de Bob Dylan. Y es impresentable proponer grandes músicos que no han escrito una línea en su vida como mejores alternativas.
  5. Se critica que “es más fácil oír que leer”. ¿Estamos ignorando cuántas músicas distintas hay por el mundo? Vuelvo a lo de que muchos literatos de este país son musicalmente sordos.
  6. Jamás se me ha ocurrido cuestionar un premio Nobel de Física, puesto que la ignoro casi por completo. Estoy, sin embargo, seguro de que pueden ser puestos en entredicho por especialistas. Aunque soy gran lector, no me tengo por especialista en literatura. Me aplico pues la misma restricción.
  7. Confieso cierta satisfacción porque la música haya entrado en los Nobel. Aunque sospecho que después de la que se ha armado, los suecos tardarán en volver a tenerla en cuenta.
  8. Los premios Nobel de literatura suelen ser autores totalmente desconocidos por el público. Que en este caso no haya sido así parece haber sido un factor detonante para decir que el premio está mal dado. O sea, que damos por sentado que lo que no conocemos está bien escrito. Es un despropósito.
  9. Yo también tengo una lista de poetas-cantantes que me parecen más merecedores del premio. La pregunta es, ¿han sido propuestos para el mismo?
  10. Me parece esperanzador haber salido de un molde estrecho en la concesión de este premio. Quizá sea el comienzo de un cambio que permita, digamos, premiar a autores de ciencia ficción. Este año, por ejemplo, Ursula K. LeGuin estaba en la lista de candidatos.
  11. No es imprescindible opinar sobre este o cualquier otro tema con la ferocidad que se ha usado.
  12. La respuesta flota en el viento.