Lo aleatorio, los ríos y la mar

Creo que es una constante en la historia de la música que, cuando cambian lenguajes, los ríos desemboquen en el mar. Me explico: No pasamos de componer a una sola voz a dos, tres, etc… Muy rápidamente —de hecho con tremenda velocidad— pasamos a componer a un número indeterminado de voces —si queremos ser precisos, con una sustancia básica de cuatro partes armónicas—. De siglos de armonía por terceras, no pasamos a armonías de cuartas, quintas…, sino que muy rápidamente empleamos todo el espectro armónico. Es decir: no sustituimos un río por otro similar. sino que llegamos a mares nuevos.
El pasado siglo XX, en el que la humanidad se ha hecho más rica que en toda su historia anterior, en que la salud tanto ha mejorado, en que la calidad de vida de la que disfrutamos es tan superior —soy dolorosamente consciente de que estas ventajas aún no han llegado a toda la humanidad—, en que tanta y tan buena música se ha hecho, concluyó con acalorados debates sobre lo aleatorio. Con un margen que abarca desde el hiperprecisionismo de muchos músicos seriales integrales a piezas en que el compositor abandona toda responsabilidad sobre la obra.
Si de ríos pasamos a mares, ¿no será tiempo de abarcar todo ese campo? No de una manera ecléctica, incrustando diversas partes de aleatoreidad distinta: manejándolo de manera clara y deliberada.
Algo de esto se halla en lo último que estoy componiendo. Quizá dentro de unos meses no necesite ser tan críptico y pueda dar detalles de la técnica.

Originalidad

Una breve entrada para manifestar mi inmenso aburrimiento con las músicas de anuncios. Comprendo que la política de derechos de autor abusiva que viene haciéndose haga útil el coger siempre canciones antiguas. Lo malo, es que si esto persiste me veo escuchando hasta mi vejez las músicas que ya eran antiguas en mi infancia.
Ni siquiera voy a pedir música creativa o música buena. Sólo música nueva. Entre pitos y flautas se está asesinando toda creación musical, y no creo exagerar. Los anuncios son sólo la punta del iceberg. Casi no se reestrena música (muy caro) ni se escribe nada interesante. Ritmos anacrúsicos son una excepción (difíciles de poner en loop, y si no hay loop es más largo y hay que pagar más). Creo, con sinceridad, que hay muchas cosas que están deformándonos el oído.
Una última cosa: originalidad y origen están relacionados. ¿Estamos originando algo?