Corrían los tiempos en que se comenzó a implantar la LOGSE y se creaba la asignatura “Fundamentos de Composición”. Con mayores o menores razones, en lo que a mi tocaba decidí que habría que comenzar el primer curso de dicha disciplina con contrapuntos a dos voces (sigo pensándolo y haciéndolo así). Pero no me parecía oportuno dedicar la enorme cantidad de tiempo que requiere comenzar por la práctica de las especies contrapuntísticas y luego pasar a un comportamiento contrapuntístico más real. Ni emplear de forma única como ejemplo al espejo de contrapuntistas por excelencia, Bach. Buscando y buscando encontré´éstas delicias de las que vengo a hablaros hoy: “The first booke of canzonets”, de mi muy admirado Thomas Morley, al que ya dedique un articulo en éste mismo blog. Dada mi pasión por el Renacimiento inglés, resultaba del todo inevitable que me pareciera un ejemplo admirable.
Sólo encontré dos pequeños problemas: no se encontraba con facilidad una partitura general usable (por el contrario, las partes individuales se hallaban con inmensa facilidad) ni había grabación disponible.
Así que emprendí la tarea de pasar al ordenador las partes para tener una partitura general, sin no con pretensiones de fidelidad musicológica, sí con las de resultar muy útil en el aula de Fundamentos. Con mejor o peor criterio, bajé una octava la segunda voz (para que la grabación MIDI, tan pobre, resolviera mejor el contrapunto), tuve grandes dudas sobre mi derecho a usar semitonias subintellectas (tengo la certidumbre moral de que ni mi oído ni mis conocimientos de música antigua me iban a engañar, pero hubiera preferido el concurso de alguien cuya solvencia musicológica fuera, siquiera sobre el papel, más consistente). También me hubiera gustado hacer una grabación, aunque fuera instrumental (el conservatorio en que entonces trabajaba no disponía de la especialidad de canto). Contemplaba la idea de hacer un documento en que cada obra tuviera el texto bien colocado y la traducción al castellano.
La tarea se me hizo inmensa, y después de pasar al ordenador todas las canzonetas, poner el texto a nueve de ellas y traducirlo (encontraréis todo esto en el archivo llamado DESIDERATA), llegué a la conclusión de que no era tarea para una sola persona.
Han pasado, según mi ordenador, doce años desde entonces. Sigue sin haber una partitura de todas las canzonetas de dominio público (aunque muchas se hallan en el IMSLP). Algunas de las canzonetas (no me consta que el libro entero) se hallan grabadas, y se encuentran con relativa facilidad en Spotify. Y sigo pensando que serían un gran ejemplo que usar en clase.
He pensado que quizá os gustaría disponer de lo que llegué a hacer del trabajo, por inconcluso e incompleto que esté. Haciendo click aquí podréis descargar archivos individuales de cada canzoneta y lo poco que llegué a completar del archivo general. Espero que a alguien le sea de utilidad. Y, si alguien se anima a cooperar, quizá fuera un hermosísimo proyecto musical y pedagógico completar lo que entonces quise ofrecer a mis alumnos.