Cursos remotos

Recibo un e—mail desde Argentina (no daré los datos del remitente, por aquello de la protección de la intimidad) hablándome de la posibilidad de dar un curso en forma remota (chat, e—mail, videoconferencia…). La verdad es que me parece una idea excelente. No lo digo ya por mi interés en dar cursos, sino porque es verdad que hay que asumir que la música contemporánea es un tema más minoritario que, digamos, el fútbol. Siendo así, aprovechar las posibilidades de comunicación de la red para juntarnos en todo el mundo parece extraordinariamente práctico.
Quizá algo así sea el sistema para que las minorías de todo el mundo acaben por no ser tan minoritarias. Pienso que así será. O, por mejor decir: con comunicaciones tan sencillas como vamos teniendo, no veo que haya necesidad de que ningún grupo de intereses deje de poder relacionarse, funcionar y conseguir objetivos. Claro que antes que yo ya lo dijo David Brin.
Por cierto que la finalidad de este artículo es la de pediros ideas al respecto. Sobre la deseabilidad del asunto, medios, etc…

Algo sobre el eclecticismo

A tenor del anteriormente anunciado curso sobre George Crumb, se me ocurren algunas reflexiones sobre el eclecticismo en música.
Se suele denominar eclecticismo a una corriente que consiste en tomar elementos de los muchos lenguajes musicales que se han dado en el siglo XX. A priori, por supuesto, parece una buena idea. Lamentablemente muchos autores que han hecho uso de esta idea lo que hacen es juntar de forma indiscriminada elementos inconexos y yuxtaponerlos sin mayor lógica ni belleza. Algo muy similar a pensar que, si los helados son buenos y también lo es la sopa, cabe sin duda combinarlos.
Muy de otro orden es el eclecticismo de Crumb. Es típico en sus obras que cada fragmento tenga características técnicas muy diversas, siempre dentro del conjunto de cada movimiento con toda coherencia. Incluso así, cabría pensar que el resultado en su conjunto debería quedar excesivamente variopinto. Lejos de ello, el gran espíritu de inquisitividad tímbrica que caracteriza al autor unifica en forma más que suficiente el resultado sonoro total.
Ya tendré ocasión de hablar de la tremenda ingenuidad —que viene en este caso de ingenio, no de simpleza— de la que hace gala el autor.

Curso sobre George Crumb

Pues anuncio un nuevo cursillo, en esta ocasión sobre George Crumb. Será celebrado los días 20 y 21 de enero en el aula de música “Alameda”, Calle Pintor Peiró, 2, 46010 Valencia. e-mail: aulameda@ono.com. Aquí va el programa, y, en breve, más detalles.

Crumb: un compositor ecléctico

Contenido del curso

Curso centrado en la figura de George Crumb, compositor que por su particular aproximación al lenguaje musical sintetiza algunas de las más importantes técnicas de los siglos XX y XXI.

La síntesis de técnicas, desde las más tradicionales a las más vanguardistas de este compositor, resulta un excelente ejemplo de las posibilidades de creación de lenguajes, en este caso unificado todo por medio de un exquisito gusto por el timbre.

Técnicas lineales:

  1. Elección de alturas (modalismo y modulación modal, saturación cromática, el acorde místico de Crumb, tanto como acorde como gama…)
  2. Tipificación pseudotímbrica de las alturas (mixturas acordales, líneas de timbre y densidad variable…)

Técnicas polilineales:

  1. Estratificaciones (polirritmia, politonalidad, polimodalidad, politemporalidad…)

Técnicas rítmicas

  1. Tipologías rítmicas (ritmo divisivo, aditivo y de contorno)

Técnicas tímbricas

  1. El uso de los instrumentos en Crumb
  2. El mundo simbólico de Crumb
  3. Análisis de las técnicas explicadas en los puntos anteriores por medio del estudio de obras de Crumb, Messiaen, Boulez, Berio, Cage, Luis de Pablo, Stockhausen, Lutoslawski, Takemitsu, Ligeti y otros autores.

Off—Topic: Anansi boys

Ya en una entrada anterior tuve ocasión de hablar de Neil Gaiman. Pues bien: acabo de leer Anansi boys, uno de sus más recientes libros. Tengo que decir que hacía mucho, muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto una lectura.
Gaiman siempre tiene una vena mítica, cosa que me suele interesar sobremanera. Por otro lado, como se demuestra en sus volúmenes de relatos cortos, es un excelente artesano, con un dominio completo de todos los géneros y del arte de narrar.
Reunamos todo esto y saldrán maravillas como Sandman o American gods, lo cual es excelente.
Lo que nunca hubiese esperado es un perfecto libro humorístico —a la inglesa—, a la altura de lo mejor de Woodehouse o Pratchett, con unas referencias de mitología africana en que todo, además, estuviese excelentemente contado. Personajes frescos, situaciones increibles…
Es decir: lo recomiendo.

Reflexión casual

No diré el nombre del culpable —hay tantos—: sí hablaré de que parece creciente la inmersión total en mundos comerciales. Ya no basta con ir a la película: debes comprar la camiseta, el CD con la banda sonora, uno o varios juegos de ordenador, las figuras de acción, los juguetes para niños y niñas de diversas edades, la novelización de la película…
Y lo vemos normal.
Stockhausen lleva años componiendo una ópera que durará siete días. No con veinticuatro horas completas cada día, sino muy pocas cada uno. Pero pretende que el resto del tiempo uno siga inmerso en el universo creativo y hasta místico de la obra.
A él le llaman loco.
¿No será el gran intuitivo, que con tantos años de antelación olió lo que nos iba a deparar el mundo comercial? Muchas cosas que parecen extrañas en el arte contemporáneo nos rodean. Misión del artista es transformarlas y presentárnoslas.
Hay mucho más de cotidiano en lo contemporáneo de lo que pensamos y queremos ver. Y, ciertamente, éste es tema del que podría hablar mucho y defenderlo.