Acotaciones: la música en la ciencia ficción (3A): La música de los Temporalistas

Acabo de terminar este libro. Debo confesar que no estoy muy seguro de lo que he leído. Quizá lo mejor sea que lo describa.

André, una persona de buena posición económica y aficionado al piano es mentalmente abducido por los Temporalistas, que son humanoides, posiblemente de una realidad alternativa. El motivo del secuestro, es, ni más ni menos, que enseñarle su teoría musical, para que la lleve a nuestro planeta.

Al comienzo del libro nos enteramos de que en esa otra realidad la gente es casi insensible al sonido en sí mismo, pero enormemente precisos en cuanto a las duraciones. Tanto es así que su lenguaje hablado admite casi cualquier contenido en vocales y consonantes siempre y cuando se respeten las duraciones adecuadas de las sílabas.

También nos enteramos que una de las profesiones más reputadas de ese mundo es la de psicólogo cognitivista. Rama del saber que es, por cierto, la más avanzada en el estudio de la música.

Los Temporalistas acceden mentalmente al uso de cuerpos de terrestres que no tienen capacidades mentales plenas, y gracias a ello estudian la teoría musical terrestre. Muy para su sorpresa, descubren que no sirve de mucho sin la correspondiente experiencia auditiva. Varios de ellos la adquieren y pronto nuestra música adquiere gran aceptación. Poco a poco se va desarrollando la sensibilidad al sonido. Bach (insistentemente), Messiaen y Scriabin son los autores más veces citados en el libro.

En justa reciprocidad adiestran a André en su música, mucho más basada en el tiempo y la duración que en el sonido, y desde luego alejada del pulso regular.

Gran parte del libro es una exposición sistemática de esta teoría, que en ningún caso se puede decir que sea trivial. Dudo de que nadie que no sea profesional con cierta especialización y conocimientos de músicas de muchas culturas y épocas la pueda seguir con facilidad. De hecho aparecen también posibles notaciones para esas obras. Por cierto, las referencias a la psicología y el cognitivismo no son escasas,

El libro, supongo que para restar aridez, está de vez en cuando interrumpido por anécdotas. Por ejemplo André enseña a fumar a los Temporalistas.

Simpatizo profundamente con el autor que, sin duda, ha querido exponer sus ideas —que de ninguna manera carecen de interés— y por miedo a exponerlas en un medio profesional y ser ridiculizado las ha disfrazado de libro de ciencia ficción. Con todo tiendo a pensar que el efecto logrado puede ser el contrario. En lo técnico encuentro también un exceso de teoría sin ejemplos prácticos (las notaciones que aparecen son normalmente de tres o cuatro compases terrestres, insuficientes para lograr cierta apreciación estética.

Como libro de ciencia ficción pertenece a la categoría que tan bien practicó Olaf Stapledon de descubrir una cultura nueva y distinta por medio de sumergir en ella a un extraño. Y que también es un clásico del pulp. Afean la lectura el estilo narrativo y un par de anécdotas un tanto sexistas y racistas.

El autor demuestra un conocimiento nada despreciable de la música terrestre, y da detalles que o demuestran una profunda intuición o un gran conocimiento de algunos recursos que no son precisamente de teoría básica.

El libro es muy susceptible de aportar ideas compositivas y recomiendo su lectura en ese sentido. Pero no es una novela de ciencia ficción ni un tratado de teoría. Si tenéis curiosidad por planteamientos musicales que se salgan de la norma quizá deberíais leerlo.