Por estas fechas y a estas horas el año pasado, estaba en el hospital. Acababan de ingresar a mi padre, que iba a morir al día siguiente, temprano en la mañana. Esta noche no dejan de venirme recuerdos. Ojalá estuviera aquí para ver a M, que bien orgulloso estaría de ella. Ojalá tantas cosas hubiéramos hablado. Ojalá tantas y tantas cosas…
Muchos de vosotros escribisteis comentarios cuando anuncié la muerte de mi padre. No recuerdo si llegué a decir cuánto ayudaron a mi madre ni si dije cuánto os lo agradecía. Dicho queda.
M2, la hija de M y ahora mía, me ha telefoneado mandándome «un besito para mi papá». Estoy conmovido.
Echo de menos a mi padre. A muchos os pasará igual en su momento, lamentaréis no haber hablado de cosas de las que marcan con gente que os importa y en su momento no tendrá remedio. Querréis que el tiempo vuelva atrás y haber dicho lo que fuera necesario. Os hago este regalo: vuestro deseo ha sido concedido. Volvisteis atrás, leísteis mi mensaje y ahora es la segunda oportunidad. Aprovechadla.
Yo soy huérfana.
Tuve la suerte de estar, las dos veces, y cuidar a mis padres hasta el final.
¿Sabes?
Es inútil. No hay retroceso. Por mucho que hayas dicho, hecho, estado…. hubieras querido más tiempo. Más. Horas, días, años…
Y ahora miro atrás y miro sonriendo. Me dejaron tantas y tantas cosas que por tiempo que tuviera….. no sería suficiente para contarlas a los que me suceden.
Así es la vida: Increible y finita.
Saf ;-))
Me gustaMe gusta
El camino se cierra detrás de uno según lo anda, y aunque a uno le adviertan vehementemente de las penas que no pudo remediar desde el sendero contiguo, el caminante cambia su mundo para hacérselo más justificable, más llevadero a sí mismo, para convencerse de que está en lo correcto y engañarse pensando que siempre habrá tiempo. Todas mentiras complacientes, nunca hay tiempo suficiente para lo que queremos o debimos hacer; muy pocas circunstancias son verdaderamente insalvables y aunque no nos guste – o no podamos verlo – casi todo está en nuestra mano. Por eso irrita tanto que nos recuerden cómo obramos, qué dijimos, o que nos digan el «ya te lo advertí». Cuanto más trecho recorramos más se acumularán estas ocasiones. Al fin y al cabo es nuestro camino, y el rumor, ajeno.
Buena suerte Enrique.
Me gustaMe gusta
Es un post bastante profundo. Sólo puedo felicitarte por toda tu andadura, que es un ejemplo para mucha gente que lee esto. Incluido el que escribe.
Me gustaMe gusta