Viajar con ordenador de mano

Algo dije de comentar cómo voy sintiendo esto de escribir en mi ordenador de mano, palmtop, handheld o como quiera que haya que llamarlo ahora. Éste es el cuarto artículo que escribo con él en mi periplo madrileño de esta semana, uno en el autobús a Madrid, tres en el tren de vuelta.

Se me hace extraño, para comenzar, la forma de escribir, con el lapicerito o estilo. Aunque mi aparatejo es capaz de entender mi escritura manuscrita -no es pequeña hazaña-, hace muchos años que soy más eficaz con un teclado. Por el momento escribo dando con el lapiz en las teclas correspondientes de un tecladito virtual que me aparece en pantalla. Mucho más rápido que escritura manual, pero menos que mi feroz técnica de cuatro dedos y medio en un teclado real. Será por esa mayor lentitud que adjetivo más y tiendo a la anáfora. No me explico, en cambio, por qué parece conducir a que emplee mucho más de lo que suelo la primera persona. Misterios de la informática, supongo, como misterioso me resulta por qué parezco saltar ás de tema.

Según voy escribiendo, introduzco a mano el escaso código HTML que empleo. El justo para que aparezcan cursivas, negritas y cambios de párrafo. No necesito ningún programa especial para llevar blogs, aunque se que existen. Códigos más complejos, como por ejemplo vínculos a otras páginas, tendrán que esperar a que pueda comprobar las URLs en el ordenador. Voy, por cierto, abandonando la costumbre de cuidar las baterías del aparato como si fuesen las últimas palabras de un santo moribundo. Llevo usándo el cacharrillo cuatro horas ininterrumpidas, y aún me queda media carga. Eso sí, las dos horas de música con que lo cargué se han quedado cortas. No así los 32 -soy así de ávido- libros electrónicos. Para la próxima, meteré al menos seis horas de música y algún libro más.

Llegaré a Zamora en una hora, a eso de las dos de la mañana. Cuando duerma y despierte descargaré estos archivos al ordenador y emplearé las funciones de mi programa de blogs para ir distribuyendo en varios días estos artículos. Si estáis leyendo esto, es que lo logré. Aunque mi aparatejo tiene, con el auxilio de una tarjeta, funciones WIFI, no me parece necesario usarlas. Reconozco, eso sí, que se me hace raro no haber publicado lo escrito hace dos días. Con todo, añoraba escribir en mi blog y el cacharrillo lo hace posible.

En fin. Me duele la mano de sujetar el estilo, y tengo la vista cansada. En un viaje de vuelta normal, estaría ahora mismo desesperado, cansado y nervioso. Prefiero el dolor de mano. Y aún hay algunas maravillas más en la máquina, que ya habrá ocasión de comentar. Volveré a escribir en el próximo viaje

4 comentarios en “Viajar con ordenador de mano

  1. De hecho, ya he comprado uno, en ebay, a un precio sorprendente, y va muy bien. Lo único que lamento es no haber comprado, ahora que veo lo mucho que lo uso, un ordenadorcillo más potente. A lo mejor lo pido para mi santo

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  2. Bueno, la verdad es que tanto adelanto electrónico sirve para que estemos los humanos más en contacto, y eso es bueno. Recuerdo multitud de tediosos viajes en los que hubiera querido echar mano de algo parecido para aprovechar las horas muertas…

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