Simbología musical de Takemitsu (y 5b)

Esta fotografía de Duchamp, realizada por Man Ray fue la causa de la obra en que hoy nos vamos a centrar: A Flock Descends into the Pentagonal Garden. Por cierto que en el curso de Valencia no dio tiempo a hablar de ella, de modo que los lectores de mi bitácora quedan en ventaja.

La noche después de que Takemitsu viera esta fotografía en el centro Pompidou de París, tuvo un sueño: un jardín pentagonal. Incontables pájaros blancos volaban en él, guiados por una pájatro negro.

Cuando desperté, sentí que era un paisaje muy musical. Por un largo tiempo reviví la impresión del sueño, tomando notas precisas de los recuerdos que evocaba. Este dibujo infantiloide de pájaros es mi impresión del sueño.

flock

Mientras dibujaba esto recordaba esa vieja canción de jazz «Bye Bye Blackbird». Cerca del pájaro negro en el centro está la nota fa sostenido. Este pájaro conduciendo a la bandada empezó a tomar un rol importante en mi pensamiento. La nota fa sostenido iba a convertirse en un núcleo en la música.

Decidí usar un título inglés, ya que la obra era encargo de una orquesta americana. La idea general era describir pájaros volando a un jardín en forma de estrella, pero para el título busqué el consejo de mi amigo americano, Roger Reynolds. Su primera sugerencia «A Flock Settles into a Pentagonal Garden» (Una bandada se posa en un jardín pentagonal) no enfatizaba ni a los pájaros ni al jardín. Entre las posibilidades finalmente elegí «A Flock Descends…», que enfatizaba la acción de los pájaros.

Movido por el sueño, Toru decide explotar el número cinco (lados del pentágono). Ello le lleva a pensar en la escala pentáfona, que tiene cinco sonidos, y que se produce, por ejemplo, en las teclas negras del piano, relacionándose así con el color del pájaro guía. De esas notas selecciona fa sostenido, que en alemán se pronuncia fis. El sonido de fis, a su vez, se pronuncia similar al inglés fix (en este contexto, fijar). Decide, por ese juego de palabras, usar fa sostenido como una nota pedal (algo así como una nota fija).

La interválica de la escala pentáfona, medida en semitonos, es [2, 3, 2, 2, 3]. Takemitsu decide formar con ella un cuadrado mágico, a partir del que genera una serie de acorddes, a cada uno de los cuales asocia a su vez otra escala pentáfona, consiguiendo así los campos armónicos y dominios de los que extrae su música.

dominios

Hemos visto con esto un ejemplo de cómo los números ayudan a Takemitsu a encauzar la vaguedad del sueño hasta alcanzar un sistema bastante riguroso.

Un último símbolo asociado que queda por ver es el del agua. Como el sueño, el agua no tiene forma, salvo la que le proporcione la vasija que la contenga. En este sentido, refleja mucho la actitud del autor de exploración en el continuo del sonido, buscando ponerle márgenes que expresen su propia identidad.

De particular significado para Takemitsu parece haber sido el símbolo del árbol de lluvia, sacado de un relato del premio Nobel Kenzaburo Oe. Éste árbol parece tener las hojas extremadamente pequeñas, de forma que las gotas de lluvia quedan atrapadas entre ellas, por lo que incluso bastante después de que la lluvia cese, en el espacio interior de la árbol sigue cayendo agua. Takemitsu dedica no menos de tres obras a este árbol.

Queda así presentado el rico mundo simbólico del autor, y es quizá posible gracias a él notar como los pensamientos extramusicales pueden encender la imaginación de un autor.

En otro orden de cosas, este es el artículo 158 de este weblog, número, como algunos sabrán, de particular importancia en este espacio. 158 millones de gracias a todos por leerme.

14 comentarios en “Simbología musical de Takemitsu (y 5b)

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  3. queria preguntar que son estos simbolos musicales que aparecen en las partituras de piano, adelante de los acordes , que son unas lineas verticales onduladas????? muchas gracias
    espero su respuesta

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  4. Mancantado. Es el que más me ha gustado de todo Dallas; digo, Santa Barbara; digo San Takemístiku. No, en serio… Joooooooooooder.
    Me parece fantástico ver cómo Toru ha sido capaz de envolver su sueño, su idea inicial a través de todo un sistema. Mencantan este tipo de visiones, que pueden parecer un tanto absurdas, cogidas por lo pelos (de Duchamp) y que luego se revelan como un revelación, como algo que estaba ahí para que un Toru u otro génie cualquiera la aprehendiese y descubriese el sistema que hay detrás…
    Y tú lo has explicado muy chachimente; conste que en lo de la «La interválica de la escala pentáfona, medida en semitonos (etc)» creí que me perdía (profana de mí)… Pero enseguida el pájaro azul (siempre me ha gustado más el pájaro de Auden, que lhe vou fazer…), remontó el vuelo hacia lugares comprensibles para mí.
    Encantóme cómo ha sabido combinar Toru y Metatoru (o sea, tú) la inmaterialidad de su sueño con la materialidad incluso de las teclas negras del piano…. (¿y luego la hipótesis Gaia es una tontería?…)
    Lo de agua y la vasija me recuerda al cauce… seguro que este Toru se ha leído a Susanne K. Langer…
    Lo de Kemeaburro Olé… ¿y si nos pones una foto del árbol? Suena taaaaaaaaaaaan lindo…
    Por último, lo de 158 no lo pillo, pero seguro que no es grave 😉
    Enhorabuena!

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