El misterio de los modos aclarado para no músicos (1)

MisterioDedico esta serie de artículos a José Luis Guijarro, que se encuentra a la sazón elaborando una interesante trabajo sobre la música vista desde la perspectiva cognitiva, que ya os contará, si quiere, él. El caso es que necesita un poco de asistencia por parte de un músico profesional, y como tenía, en este caso, que hacer uso de unos ejemplos en audio, he pensado que de paso escribía en el blog.

Una Definición para entender los modos. Una Definición para encontrarlos,
una Definición para atraerlos a todos y saber de lo que hablamos.

Gandalf_StormcrowEn gran medida el problema para la comprensión de los modos depende de confundir conceptos. Concretamente:

Escala cromática: conjunto ordenado de todos los sonidos que suelen usarse en la música occidental hasta tiempos recientes, No incluye los sonidos sin altura (percusión) ni intervalos menores que el semitono, que no han sido comunes hasta hace poco. Un paralelo posible fuera de la música, sería un diccionario: contiene, idealmente, todas las palabras de un idioma, pero no es en sí mismo una obra literaria. Y dada su estructura alfabética, intentar leerlo como relato sería excepcionalmente poco interesante.

Escala: conjunto ordenado de sonidos. No tiene por qué, y no suele, incluir todos los sonidos posibles, sino sólo algunos, escogidos según cierto criterio. Un posible ejemplo sería un diccionario técnico, por ejemplo sobre la historia de la Tierra Media. No incluirá todas las palabras del idioma, pero sí las pertinentes a su temática.

Modo: uso de una escala haciéndola reposar sobre una de sus notas. El ejemplo no musical sería quizá un relato sobre la vida de Bilbo Bolsón: siendo un personaje de la Tierra Media, haría uso frecuente de las palabras recogidas en el anterior diccionario técnico, pero, ciertamente, no alfabetizadas. Y, siendo el personaje que es, situado en su época, seguramente haría uso extensivo de ciertas palabras (como anillo), y muy poco de otras (Eru Ilúvatar) que no son necesarias para la historia. Lo que es más, el ejemplo resultaría especialmente válido dado que para contar esa historia, hay en ocasiones que salir de la Tierra Media (o de la escala de referencia).

La odisea del modo mayor y el modo menor

OdiseaAunque no suele ser una gran idea estirar demasiado una analogía, voy, en este caso, a usar todo lo posible la comparación con entes literarios. Y no soy yo, sino Borges, el que dice que, contada en otro contexto, la historia de Odiseo, fecundo en ardides, se convierte en la historia del marino Simbad.

Digamos que hemos cambiado el diccionario (la escala) de referencia. Obviamente, además, si intentásemos contar la historia de Odiseo con un diccionario futurista, saldría una novela de ciencia-ficción. Y, lógicamente, intentar contarla con la ayuda de un diccionario de ingeniería daría resultados tremendamente peregrinos (o geniales, quién sabe). Veremos más sobre esto en el siguiente artículo, pero, por el momento, quedémonos con los dos modos más usados en la historia occidental: el mayor y el menor.

¡Qué tentador comentar la interválica de cada uno! ¡Qué satisfactorio decir que uno se suele asociar con lo alegre y el otro con lo patético! Pero esas minucias son insuficientes, y además alejarían este artículo de su intención: hacérselo entender a no músicos. Permitid que, en su lugar, os “cuente” la misma historia en cada uno de esos modos.

Comencemos con este conocido tema, en modo mayor. Rearmonizado con respecto al original de Brahms. ¡Si os dormís con este artículo, tengo la excusa perfecta!

 

NanaMayor

 

Y aquí, ahora, lo tenéis “contado” en modo menor. No he procurado hacer un ejemplo perfecto, con correspondencia exacta de grados y armonías. Por el contrario, he utilizado lo común en el lenguaje tonal: un cambio de carácter e intensificación (mucho me he moderado) de los recursos expresivos, que es lo que suele hacerse en estos casos.

 

NanaMenor

Tenemos así una primera aproximación a lo que son el modo mayor y el modo menor en la tonalidad convencional: distintos registros expresivos. Suficientemente similares para ser fácilmente compatibles y entremezclables, pero con claras diferencias expresivas y de carácter. Detallar características de cada uno es sencillo, pero espero que hayamos conseguido una cierta cercanía intuitiva.

Pero, ¿y el resto de los modos? ¿No hablaban por ahí de modos griegos? ¿Existen modos modernos?

Comenzaremos a verlo, si os parece en el próximo artículo de la serie.

8 comentarios en “El misterio de los modos aclarado para no músicos (1)

  1. Una pregunta tonta, como todas las mías sobre este tema: cuando yo canto la cancioncita de marras, ¿en qué modo la canto? (Voy a tratar de grabar mi cascada voz tarareándola e intentaré adjuntarla a un mensaje posterior). Cuando yo ligaba con mi guitarra, conocía unos cuantos acordes y unos eran en modo mayor y otros en menor. Algunas rancheras las cantaba con la tónica(?), dominante(?) y subdominante(?) en la mayor, y otras con la tónica, dominante y subdominante en la menor. No tengo ni idea por qué, pero quedaba muy resultón y atraía a las chicas…

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  2. Es totalmente lógico que te suenen distintos: tienen notas distintas. Y una carga emocional diferente, que puede muy bien convertirlas en cosas totalmente diferentes. Ejemplo-improvisación literario:

    “Bajo la gibosa luna, los blasfemos sonidos de las pisadas sonaban como provenientes de cartilaginosos pies palmeados. El sonido sacrílego de un metal infecto sonó de pronto: al jorobado se le había caído el símbolo del Imperio que Será. Esta noche podría alcanzar mi siniestra meta”

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  3. Me dice Jose-Luis Guijarro “ Desde luego me suenan distinto, pero no sé decir por qué. Me sé la letra de la estrofa en alemán: me la cantaba mi madre cuando era chico (¡qué mono!), pero ha habido un efecto extraño. La primera vez que lo escuche en modo mayor, no me enteré que era la «música» de «Guten Abend, Gute Nacht» Sólo al escucharla en tono menor me di cuenta de que era esa nana. Volví a escucharla en tono mayor y ahí sí que me di cuenta de que era de nuevo la misma cancioncilla. No sé por qué me ha pasado eso. ¿Tú lo sabes?. Eres un profesor estupendo, Enrique, pero me temo que soy un zote en música. A ver el próximo capítulo. GRACIAS.”

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