Las nuevas variaciones “Twinkle”

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Vengo muy contento del ensayo y estreno de algunas (luego lo explico) de mis variaciones “Twinkle”. Lo primero, os dejo aquí el vídeo, por si queréis escucharlas, y luego os cuento. Recomiendo que pongáis máxima resolución y pantalla completa, si queréis leer bien los comentarios que hay en texto.

No diré que esta sea la obra de la que más historias tengo que que contar, pero se acerca. Para comenzar. lo que he tardado en escribirla.

¿La más rápida, o la más lenta?

Desde cierto punto de vista, es la obra que más tiempo he tardado en escribir, desde otro, la escribí apresuradamente. Comencé hace más de treinta años. Aquí tenéis los comentarios a la primera versión.

Ésta es una de mis piezas pedagógicas más antiguas. Una amiga, Isabel Berenguer, flautista, trabajaba en una academia donde la gente de cuerda estudiaba según el método Suzuki, donde el tema de estas variaciones se emplea de forma reiteradísima. Sus alumnos también querían tocarlo, así que me pidió que se lo armonizara —¡Pero que sea TONAL!, insistía— para cuarteto de flautas, y así lo hice. Posteriormente, otros flautistas me pidieron que le añadiera un piano opcional, y así lo hice. Posteriormente me pidieron que lo versionara para clarinetes, y así lo hice. ¡No se puede decir que sea un compositor esquivo!

Sobre la obra

Es de un carácter netamente pedagógico. Admite ser tocada en su integridad, sólo algunos de sus movimientos, cambios de tempo (muchas gente prefiere subir bastante el tempo del casi tango), con piano, sin piano, etc… En razón de ello, con harto dolor de mi musicalidad apenas aparecen matices, ligaduras… Ya los aportará el intérprete. Hoy por hoy, cuando ya he escrito bastante música pedagógica, que ya irá apareciendo por aquí, hubiera hecho música más compleja, pero con cada instrumento mucho más simple.

Sobre el tema

Ah! vous dirai-je, Maman, más pronunciable para mí en su forma inglesa Twinkle, twinkle, little star, y un poco ridículo en su versión española Campanitas del lugar, es un tema falsamente atribuido a Mozart —que lo que sí hizo fue hacer variaciones sobre él—. En realidad es una canción popular francesa. Es un tema muy apto para las variaciones —¡aún recuerdo cuantas quedaron en el tintero, por la necesidad de que fueran tonales!—, y lo recomiendo a todo el que quiera empezar a probar su mano ante este género. Sólo añado lo que tantas veces cuento a mis alumnos: antes de entrar en faena, hay que mirar lo que el tema lleva dentro.

Aquellas variaciones las hice en una tarde. Hace un par de años, José Vicente Castillo (que no comprendo como sigue hablándome) me las pidió, adaptadas para gran grupo de clarinetes, y, como suelo, lo olvidé (cuando me pongo a trabajar, no paro hasta que termino: pero hay que recordarme a qué tengo que ponerme). Varias veces más ocurrió lo mismo, hasta que un día, ocurrió el milagro y me acordé. En otra tarde hice el arreglo, y una media docena larga de variaciones más, ya para el grupo. Con matices y ligaduras ya, que lo otro duele.

Y luego Carmen Domínguez me escribió, diciendo que a ella le gustaría que también tocaran los niños, sólo que no podía usar más que “do”, “re”, “mi”, “fa”, “fa#”, “sol” y “la”, de una misma octava. ¿Adivináis? Sí, otra tarde.

Posteriormente, José Castillo, montado en su carruaje automovilístico, en hazaña de gran proeza, me rescato de la vana espera de un autobús en las afueras de Salamanca y en el camino le conté lo de Carmen. Me dijo que estaría muy bien poder integrar todo eso con el gran grupo de clarinetes.

Y, días más tarde, me dicen todos que se va a tocar ya. Concretamente, el miércoles pasado. El jueves por la mañana rechacé variaciones (tengo en mi ordenador una buena docena que no figuran en este video, alguna de las cuales me gusta bastante) para que la cosa no se hiciera larga, escribí alguna muy ligera para que el conjunto no se hiciera denso… e hice las partícellas apresuradamente (me gusta dejar las partituras muy, muy claras y limpias, pero esta vez no pude: soy más lento maquetando que escribiendo).

En dos ensayos, los heroicos José y Carmen, con la ayuda de Luis Miguel Torres consiguen el resultado que aquí veis. Juro que he tenido grupos profesionales que en más tiempo conseguían menos.

De modo que, desde cierto punto de vista, la obra me ha llevado treinta años para escribirla. Desde otro, tres tardes y una mañana (soy, normalmente, un compositor lento).

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¿Qué es el éxito?

Desde cierto punto de vista, si miramos el número de visualizaciones de esta obra, en una horrible versión midi de su primera encarnación en mi canal de YouTube, esta es mi pieza más vista y buscada. Espero que ahora, en la nueva versión, más aún. Desde otro punto de vista, es música práctica, para beneficio de alumnos y, ciertamente, lo más mío no está en ella.

¿Éxito? No para mi. Pero creo que un compositor debe ser útil. Me resulta muy, muy divertido ayudar a los alumnos de la forma que pueda, y así lo haré cuantas veces me den ocasión. No soy tan estirado como para no renunciar a la propia expresión si es pedagógico. Ni tan tonto para medir el buen resultado por la facilidad: eso lleva a la yustinbiberización.

Bueno, eso sí, he decidido que si hay próximas versiones, no se van a llamar las “nuevas nuevas variaciones Twinkle”, sino variaciones Twinkie más la fecha. Y hablo en serio.

 

Y, a todo esto, se me está ocurriendo una idea que me parece divertida para grupo grande de estudiantes de varios niveles. Por si interesa.

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