Hay algo especial en las primeras veces. Nunca, por ejemplo, olvidaré la primera vez que me pusieron (por cierto, seguidas) las obras Concierto para orquesta, de Bartok, La consagración de la Primavera de Stravinski, y el Preludio a la siesta de un Fauno, de Debussy. La sensación fue de absoluto pasmo, de cómo era posible que todo eso eso hubiera estado siempre allí y yo no lo conociese.
Decir que la sustancia de ese encanto de la primera vez radica en la inocencia y la novedad es insuficiente. A estas alturas de mi vida difícilmente me considero inocente. Y sin embargo, me encuentro viviendo un mundo de primeras veces: mi reencuentro con M, que fue hace muchos años mi primera novia y mi primera experiencia no casual; mi primera visita —vivimos en ciudades distintas— a su casa; la primera vez que escucho cómo toca Takemitsu y Ligeti al piano. Y, por supuesto, muchas primeras veces, con ella, de cosas que a veces por insignificantes, a veces por íntimas, no voy a contar aquí.
Cada dinámica entre dos es diferente. Cosas que ambos habíamos hecho por separado son una primera vez para la combinación de M y yo. Y lejos de quitarle magia, se la añade, y además encanto, pues a ambos nos resta torpeza. Y las que son primera vez para ambos son tan disfrutables como siempre.
Y de nuevo, absoluto pasmo y la sensación de que cómo es posible que todo eso anduviera por el mundo y yo no lo conociese. Hasta cosas que andaban dentro de mí y yo ignoraba.
Ahora mismo, para mí, el pasado ya no es lo que era —afortunadamente, pues mi pasado reciente ha sido tormentoso—. Y, en consecuencia, el futuro tiene muy otras perspectivas, M. Lo conseguiremos. Tú y yo podemos.
Afortunadamente, todavía hoy puedo experimentar «primeras veces» con Tio Petros. La modernidad de nuestros sentimientos y entiéndase por modernidad la capacidad de frescura a través del tiempo, hace que todavía -y en muchas ocasiones, casi a diario- mi estómago suba y baje como la primera vez. Claro está que como en arte, esta prueba de fuego sea causada por un único motivo: el artista.
Él lo es, vaya si lo es. De los grandes.
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Justo me iba a ir a dormir pero no me he podido resistir a leer este post.
Realmente me he sentido asi muchas veces y creo que cada vez que se aprende algo nuevo aparece la sensacion que decis:»cómo era posible que todo eso eso hubiera estado siempre allí y yo no lo conociese».
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Qué cabe sino agradecer vuestros comentarios. TioPetros, tu comentario sí que es lucido. Patricia, es verdad que algunas cosas siempre se hacen por primera vez. Piramicina, ya que está en tu mano, manda un fuerte beso —no necesariamente casto— a M. Cristina, puedes ser tan indiscreta como gustes. Con no contestar… 🙂
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Haces que me sienta indiscreta total…
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Yo tambien me alegro mucho por vosotros, en especial por tí Maestro. Ya era hora de que la revolución te hiciera justicia. Y estás apenas comenzando! Naturalmente por M. tambien me alegro y hasta se lo hubiese dicho pero estaba tan ocupada tocando su Take (completo) que mejor lo dejé correr. Te dejo ahora porque creo que, por primera vez, acabo de ver una avutarda. Todo un espectáculo! Take care
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Hay ciertas obras, ciertos lugares, ciertas personas que siempre traen consigo el encanto de la primera vez. No aburren no cansan . Siempre consiguen conservar ese aura de misterio, de emoción, de infinitos matices por descubrir. Quiza porque las cosas vivas no estan cerradas, sino en movimiento y por tanto siempre tan frescas y nuevas (casi) como la primera vez. El amor, cuando es real, es lo más fresco y vivo del mundo, justo al contrario que el matrimonio que es como envasar el amor y meterlo al congelador. Claro que esto es solamente una opinión. nada más. No te conozco personalmente Carl, aunque espero hacerlo poco a poco a traves de estas páginas. En cualquier caso disfruta de tus momentos presentes ,(el amor lo hace posible), que siempre son primeras ,(y ultimas) ,veces. hasta pronto
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Tus reflexiones en este post me parece de una lucidez extraordinaria. Muchas veces he pensado lo mismo. Cómo es posible que esto estuviera por ahí, y yo en la ignorancia?
Ni que decir que la persona que comparte mi vida y que en breve leerá esto (te lee diez veces al día…)es la principal de esas cosas que «estaban por ahí»…
En definitiva; los seres humanos sólo tenemos una cosa: tiempo para encontrarlas, o al menos para buscarlas. Todas las riquezas del mundo de nada sirven sin tiempo para el gozo supremo de ir tras de las cosas que nos hacen sentirnos así.
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Vailima el fin de semana ha estado bastante mejor que bien. Palimp, gracias a ti también. Hay cosas que son indescriptibles.
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¿con cariño es sin mariconadas? …como dice un amigo mío.
jeje
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Yo también me alegro (¿podía ser de otra manera?).
un abrazo con cariño.
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Compruebo por tu post que vuestro fin de semana ha sido magnífico. Bien, me alegro y además os lo merecéis.
Un abrazo
p.d. a ver si el tiempo mejora y mi fin de semana largo con Tio Petros se hace realidad de una vez por todas, que lo tengo «asfixiao» sin su dosis de románico.
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